13 de gener del 2016

Realpolitik nº 4: El tripartito constitucionalista

Hasta en la terminología parece que los catalanes vayan avanzados, porque el primer tripartito fué el suyo. Aquel del PSC-ERC-ICV que llevó a Montilla a la presidencia de la Generalitat catalana. Ahora la fórmula se está repitiendo, pero a nivel español (como también ha ocurrido a nivel valenciano y otros lugares), y al tripartito PP-PSOE-C's solo le falta dar el último paso: pactar un gobierno. De momento se ha hecho con la presidencia del Congreso, en la figura del socialista Patxi López, reservando una mayoría de bloqueo a PP y C's con tres y dos cargos respectivamente, y evitando la pretensión de Podemos de formar cuatro grupos parlamentarios. Podemos también se ha visto desplazado de la mesa del Senado, donde el tripartito constitucionalista ha preferido al PNV, lo que parecería un contrasentido, pero como en política nadie da puntada sin hilo, parece que el mensaje está claro; por un lado se le resta poder a la formación de Pablo Iglesias, y por otro se le muestra el camino a los nacionalistas vascos: tendréis vuestra cuota de poder siempre que no nos vengais con veleidades como los catalanes.

Por tanto, al tripartito constitucionalista sólo le queda culminar el proceso (su proceso, sí, también como los catalanes) conformando un gobierno. De momento Albert Rivera, aparte de ponerse las medallas por el acuerdo, ha manifestado que es positivo que el presidente del Congreso sea de un partido diferente al del presidente del Gobierno como había propuesto hacía días, así como también que portavoces socialistas se descuelguen con declaraciones afirmando que son el primer partido de la oposición. Tal vez sólo sean declaraciones y no se acabe formando un gobierno tripartito constitucionalista, aunque, como dicen los responsables de las empresas demoscópicas cuando se conocen los resultados de las urnas para justificar su falta de acierto, las encuestas (o las declaraciones en este caso) marcan tendencia. Y la tendencia está clara, de momento 2 de 3.

Aunque no se formara un gobierno de esta guisa, las formaciones del tripartito constitucionalista sí le han trasladado a Podemos un primer problema importante, la imposibilidad de formar cuatro grupos diferentes en el Congreso como habían prometido a sus votantes valencianos, catalanes y gallegos. En el caso valenciano, los militantes del BLOC vienen tragando con carros y carretas desde que se formó la coalición Compromís sacrificando sus esencias en favor de la representatividad, pero las capas de barniz de pragmatismo han acabado por ocultar su base nacionalista para ofercer una visibilidad de izquierda supuestamente renovadora y, ahora, totalment españolista. Tal vez por esta razón, su cabeza de lista, Joan Baldoví se haya presentado en el Congreso acompañado por una charanga al compás de música de moros y cristianos como si necesitara recordar el valencianismo del que proviene.

No podemos olvidar que la música forma parte de la esencia valenciana, y si no, nos lo recuerda el nuevo adalid de la derecha regionalista valenciana, el cantante Francisco, que imbuido por el áura que le proporciona ser el intérprete más conocido y repetido del Himno de Valencia, se ha eregido en portavoz autorizado y venerado de determinado estrato de la sociedad valenciana. Si el Himno lo compuso el maestro Serrano, y Maximilià Thous fue el autor de la letra, Francisco, por alguna razón idólatra del simbolismo más rancio, se ha convertido en su intérprete, no en un cantante más, sino en el cantante por antonomasia, lo que nos conduciría a un nuevo tripartito, o mejor dicho en este caso, un triunvirato para cerrar el círculo de estas líneas. De momento, de lo poco claro que podemos extraer de esta legislatura, es que va de 3.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada