Me preocupa sinceramente que los hechos nos conduzcan hacia una fractura social. Y los hechos acontecidos en los últimos días en Valencia son lo suficientemente graves como para que todas las partes reflexionen y busquen cauces para reconducir la situación.
Los ciudadanos debemos desterrar cualquier muestra de violencia en nuestras manifestaciones públicas y convocarlas cumpliendo todos los requisitos que nos exige la ley, intentado al mismo tiempo no perjudicar los intereses de otros ciudadanos que no esten de acuerdo con nuestras posturas.
En este sentido, no está de más recordar, que la Constitución reconoce el derecho pacífico de concentración y manifestación sin necesidad de autorización por parte de quien ejerza la autoridad en este tema. Viene reflejado en el artículo 21. Y conviene recordarlo porque parece que no se sepa. Simplemente hay que comunicarlo previamente y solo se podría prohibir si se entiende que pueden existir razones fundadas de alteración del orden público. En ningún caso ni una concentración, ni una manifestación necesitan de una autorización previa.
Dicho esto, por el lado de las autoridades, convendría que se bajaran del coche público y de sus torres de marfil instaladas en las diferentes administraciones públicas y almenos intentaran comprender la situación de los ciudadanos que se manifiestan y se concentran reivindacando sus derechos. Tengo la sensación fundada, que al amparo de su sustancioso sueldo público y rodeados de personas cuyo sentido crítico de la realidad se ha ahogado en las exigencias de la partitocracia, se encuentran desconectados de la sociedad que gobiernan.
En ningún caso, 8 horas de cargas policiales deberían ser consideradas como una respuesta proporcionada. Son 8 horas de cargas y persecuciones por diferentes zonas de la ciudad de Valencia. No una carga en un punto determinado y como respuesta a una desobediencia o una actitud violenta. 8 horas forman parte de una clara estrategia que busca unos determinados objetivos. Y si no es así es que los policias han actuado por su cuenta y riesgo, algo que en un estado democrático debería estar controlado, investigado y depurado.
En ningún caso, unos ciudadanos manifestandose o concentrándose, pueden ser el enemigo. Ni siquiera me vale como eufemismo o exceso verbal. Porque esa expresión se dió en una rueda de prensa y la comparecencia se pudo preparar sin ningún problema o presión.
En ningú caso, los medios de comunicación deberían intentar justificar ni las acciones violentas ni la respuesta desproporcionada de la policia. Unos porque estan a favor de las reivindicaciones y otros porque intentan defender al partido que está en el gobierno. Resultan patéticas algunas portadas de hoy de algunos diarios. Patéticas y desesperanzadoras para quienes creemos que la fractura social no ayuda en nada a superar la difícil situación por la que atravesamos.
Me indigna que el President de la Generalitat Valenciana no mueva un dedo por parar las sucesivas cargas policiales, me indigna el silencio de la consellera d'educació porque demuestran que viven aislados de la realidad que vive su pueblo, o una parte del pueblo. Porque deberían tener en cuenta que, aunque les eligieron por amplia mayoría electoral, su deber es gobernar para todos, también para los que estan en contra de sus medidas. Y almenos preocuparse por sus reivindicaciones. Pero demuestran que en este caso no tienen ni una mínima preocupación.
Todos deberíamos reflexionar y encontrar salidas. Y naturalmente respuestas. Por mi lado, espero que no sigamos ahondando en la fractura social.
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